martes, 15 de junio de 2010

Me niego a participar en la boludez cotidiana..-

Nada de lo que me digas amor...
Dios esto es un vómito, sr. Dios mírelo. No encaja con ningún tipo de canon estético, atenta contra el malparido kirsch. Observe como escupo sobre esos imperativos. Y sobre usted. Además, qué me importa que no se entienda nada. Esto es fluido corporal metafísico, fluidos espirituales, mentales, psíquicos. ¡Esto es mi alma! ...un vómito.
Porque, señoras, señores, extraterrestres que leen mis palabras: hete aquí lo que es el espíritu, la mente, la psiquis, el alma... interacción social. Y punto, ¡qué tanto buscarla adentro!
Entonces me harta cuando hablan de su formadeser y dicen "yo soy re...". ¡Un ca-ra-jo! No sos, decís que sos. En realidad lo que sos es una persona más en este mundo que dice "yo soy re", porque lo que sos no es lo que decís sino lo hacés. Mejor cállate. Llámate al silencio. Se-ausente...-

¡Que manera de pasar por la vida! Que manera de no trascender. Realmente fui eyectada al mundo y nada. LA nada. La imagen de la eyección me parece magnifica; como expulsada desde un cohete cósmico perturbado que me e-yec-ta y yo aterrizo como una plumita sobre la indolente superficie del mundo. Pero viste como somos los seres humanos que si es de imaginar, imaginamos cosas que no. Que no, para nada. Platón que decía que si tenemos la idea de perfección es porque algo perfecto la puso en nosotros. Y mira que Platón estaba equivocado.
La eyección, en realidad, fue salir de adentro de un cuerpo humano con forma de mamá, qué cosa. Lo mismo pasa con la muerte, uno vislumbra, conjetura, se figura; pero seguro que también imaginamos cualquiera. Bah... son las ganas de creer que uno tiene, digo...-

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